martes, 26 de mayo de 2020

3. Inteligencia emocional. Entrenando 5 soft skills para el posconfinamiento

"Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo."
Aristóteles, filósofo griego


La ira es una de las emociones que forma parte de la lista elaborada por el psicólogo Paul Ekman en 1972. Todos podemos expresar en un momento dado nuestras emociones y atenernos después a las consecuencias. Como dice Aristóteles: eso es algo sencillo. Lo difícil es identificar esas emociones, reconocerlas y gestionarlas de forma adecuada para que esas consecuencias sean controlables. Y qué nos puede ayudar a esto: activar nuestra inteligencia emocionalDaniel Goleman en 1995 en su libro "Inteligencia emocional" la definía como "la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos y los de los demás, de motivarnos y de manejar adecuadamente las relaciones".


La inteligencia emocional, que juega un papel importante en el éxito personal y profesional, implica la capacidad de entender y gestionar las emociones. Goleman afirma que tiene que ver con las habilidades personales, no es un aprendizaje académico. Se centra en "cómo te manejas a ti mismo y tus relaciones". Para Goleman cada emoción "tiene su lugar" y transmite un mensaje importante, pero, el problema surge cuando esas emociones se vuelven demasiado fuertes, están fuera de lugar, son inapropiadas o duran demasiado tiempo. La inteligencia emocional sería escuchar esas emociones y asegurarnos de que las podemos manejar.
Pensando en las diferentes etapas por las que pasamos a lo largo de la vida, Daniel Golemen afirma que: "Las habilidades que te distinguirán están en el campo de la inteligencia emocional"

En este vídeo Daniel Goleman habla sobre los beneficios de la inteligencia emocional en los niños:



La educación emocional desde la escuela
La inteligencia emocional, a través de la Educación Emocional (EE) es una habilidad que, al igual que otras habilidades sociales como hablar en público o el trabajo en equipo, se puede entrenar. Como coinciden los expertos, ya desde la escuela, es prioritario que el alumnado sepa poner nombre a los estados emocionales por los que pasa, que reconozca tanto los propios como los de los demás y que sea capaz de expresar lo que siente. 




"Los niños tienen que aprender a pensar antes de actuar, a controlar su agresividad y su ira, a identificar, por ejemplo, cuando están tristes o contentos. Y todo esto se consigue educándolos emocionalmente desde pequeños", explica Clara Aladrén Bueno, psicóloga educativa y miembro del grupo Imaginaula.

Algunas iniciativas y expertos dedicados a la educación emocional en Aragón:



Recursos
Desde hace años en algunos centros educativos de Aragón se desarrolla lo que se conoce como "Aulas felices". Es un programa basado en la Psicología Positiva y orientado hacia el desarrollo de las fortalezas personales y el bienestar. Se trabaja para potenciar el desarrollo personal y social del alumnado, y promover su felicidad y la de los profesores y las familias. Ricardo Arguís, el creador de este programa, explica en este vídeo en qué consiste:


Otras acciones son la inclusión del mindfulness en las aulas de Secundaria y FP, el proyecto de Alumnos Ayudantes y Mediadores, el Congreso Internacional de Inteligencia Emocional y Bienestar, que celebrará ya su cuarta edición, y otras iniciativas que los centros están desarrollando a lo largo de toda la geografía aragonesa en las diferentes etapas educativas. La Administración educativa a través del CAREI, Centro Aragonés de Referencia para la Equidad y la Innovación, facilita materiales didácticos para el profesorado.

En el aula, dependiendo de la edad, se pueden  utilizar diferentes recursos para desarrollar la inteligencia emocional:
  • El storytelling.
  • Los juegos de rol.
  • Las “cajas de emociones”.
  • La música. 
  • El dibujo.
  • El deporte
  • Metodologías activas como el Aprendizaje-servicio.
  • La gamificación.
La psicopedagoga Elia López Cassà, en este enlace se centra en ideas para la etapa de Educación Infantil.

También el catedrático en Psicología de la Universidad de Málaga, Pablo Fernández Berrocal, ofrece, en este vídeo, algunas claves para aplicar la educación emocional en los centros educativos.

En la empresa
Potenciar la educación emocional dentro del aula, como indican los expertos, puede contribuir a prevenir la violencia escolar, a formar ciudadanos más responsables y solidarios y a profesionales mejor preparados para desempeñar sus funciones. Algunas de las iniciativas tomadas en educación ya se aplican también en el ámbito laboral para contribuir al bienestar de los trabajadores:

martes, 19 de mayo de 2020

2. Trabajo en equipo. Entrenando 5 soft skills para el posconfinamiento


“Ningún jugador es tan bueno como todos juntos”

Esta frase del jugador de fútbol argentino, Alfredo Di Stefano, deja muy clara la importancia del trabajo en equipo y del valor de la colaboración para la consecución de objetivos.
Di Stefano se refería al ámbito deportivo, pero realmente es transferible a todos los ámbitos de la vida. Desde hace unos años, la capacidad de integrarse y trabajar de forma adecuada en un equipo es una de las habilidades que se valora de forma especial en el entorno laboral. Ser capaces de unir nuestro esfuerzo, capacidades y entusiasmo a un grupo para sacar adelante un proyecto repercutirá positivamente tanto en la organización como en sus integrantes. Además, gestionar de forma adecuada los egos, la ambición, la desconfianza puede garantizar el éxito del  equipo y, a la larga, la satisfacción de cada uno de los participantes.
Pero trabajar en equipo no es tan fácil como parece, se debe contar, a nivel individual, con una serie de cualidades que podemos tenerlas innatas o haberlas aprendido o entrenado.

Algunas de las cualidades que capacitan para trabajar en equipo:

  •      Ser una persona flexible y con capacidad de adaptación.
  •      Con dotes y habilidades comunicativas.
  •      Con empatía para ponerse en el lugar de sus compañeros y mostrarles confianza.
  •      Capaz de escuchar  y valorar las aportaciones del resto del equipo.
  •      Que acepta las críticas constructivas para favorecer la consecución de los objetivos.
  •      Más colaborativa que competitiva.
  •      Con sentido del compromiso.
  •      Capacitada para asumir responsabilidades y desarrollarlas en el grupo.
  •      Entusiasta ante los retos y el trabajo.
  •     Cualificada para defender sus posturas y aceptar o refutar las críticas sin dañar al resto del equipo
  •      Ser positiva, comprometida y trabajadora.
  •      Preparada para la innovación y la disrupción.


Ventajas y desventajas de trabajar en equipo:

Habilidad que se entrena desde la escuela

La habilidad de trabajar en equipo de forma eficaz y adecuada, como también indicamos al hablar de la habilidad de comunicar, se puede entrenar y potenciar desde pequeños. En el ámbito educativo ya se están desarrollando nuevas metodologías de aprendizaje que se centran, en gran medida, en el trabajo colaborativo. El trabajo en equipo se trabaja en el aula como contenido y también como recurso aplicando algunas de las estrategias del entorno empresarial.


Para que un equipo funcione se necesita que se cumplan lo que se conoce como las 5 "C"
  • Complementariedad
  • Coordinación
  • Comunicación
  • Confianza
  • Compromiso

Y poder alcanzar esas 5 "C" obliga a los miembros de un equipo de trabajo a:
  • Desarrollar la empatía: es muy importante para conocer y entender mejor a los demás. Es clave tanto para la persona que ejerza de líder como para el resto de los miembros. 
  • Gestionar el liderazgo: en un grupo de personas debe existir el debate para buscar soluciones y desarrollar el trabajo, pero en un momento dado es necesario que alguien tome una decisión definitiva que permita avanzar.
  • Escucha activa y respeto: cuando trabajamos en equipo resulta fundamental saber escuchar al equipo con el que trabajamos. Si una persona no es capaz de reflexionar, entender y escuchar las  propuestas de los demás, será imposible que las ideas fluyan y que se tomen las decisiones adecuadas. Es una de las habilidades que más se trabaja en el aprendizaje cooperativo dentro del aula.
  • Capacidad analítica y de crítica: las propuestas se realizarán después de haberlas analizado y reflexionado. La crítica, ya sea positiva o negativa, se planteará de manera constructiva para facilitar la toma de decisiones.
  • Capacidad de comunicación: es necesaria para poder aportar y hacer comprender nuestras propias ideas y también para entablar debates constructivos.
Los roles en un equipo

Los integrantes de un equipo de trabajo deben responsabilizarse de las tareas que se les asignen y estas deben ser muy claras y estar distribuidas de forma equilibrada. Además, de manera más o menos oficial, cada miembro desempeñará un rol que facilitará la organización y trabajo del grupo. Los tipos de roles son muy diversos, dependiendo de los autores, destaca la clasificación realizada por el investigador Meredith Belbin. Belbin identificó los roles de equipo y en 1981 expuso su Teoría de Roles de Equipo en el libro "Equipos directivos: el porqué de su éxito o fracaso". 

Para mejorar el funcionamiento de los equipos de trabajo y potenciar su cohesión se recomienda que periódicamente se realicen dinámicas de grupos dentro y fuera del entorno habitual de trabajo. En estas dinámicas se puede observar qué personas tienen dotes de líder, las que son más eficaces, las que son más creativas o lógicas, si existen enfrentamientos, etc. Existen muchas dinámicas para desarrollar: la técnica de los 5 porqués, juego de roles, tormenta de ideas/brainstorming, resolver enigmas, relaciones forzadas, etc.
Algunas de estas dinámicas y muchas más están explicadas en el siguiente enlace:


También existen diferentes recursos que pueden facilitar el trabajo de los equipos, principalmente para tareas como: la generación de ideas, el envío de archivos, la redacción colaborativa de documentos, la realización de mapas mentales, la organización de tiempos, la comunicación, etc. 

  • Tormenta de ideas o brainstorming: Padlet y  Word art
  • Gestión de equipos de trabajo online. Edmodo, Moodle, Class Room…
  • Mapas mentales: Mindmeister...
  • Organización de tiempos: Trello, Kanban Flow...
  • Envío de archivos: Wetransfer, Dropbox, Drive…
  • Archivos colaborativos. Microsoft 365, Google...
  • Comunicación: email, Whatsapp, Slack...
  • Juegos, videos de trabajo: Kahoot, Edpuzzle...
  • Vídeoconferencias: Jitsi, Zoom, Skype, Meet, Microsoft teams...
  • Presentaciones: Powerpoint, Genially, Prezi, Canva, PowToon…
  • Recursos como fotos, ilustraciones, vectores: Pixabay, Canva, Intef (http://recursostic.educacion.es/bancoimagenes/web/)
  • Potenciar la creatividad con Design thinking, una metodología creativa, basada en el diseño, que facilita la resolución de retos o desarrollo de proyectos.
  • Metodologías de trabajo/estudio para gestionar los tiempos: método Pomodoro que se basa en mantener periodos de actividad de 25 minutos (pomodoros) seguidos de descansos de 5 minutos. Cada 4 pomodoros, el periodo de descanso aumenta.

Vídeos sobre trabajo en equipo:

Tráiler de la película de Pixar “Del revés”: https://www.youtube.com/watch?v=kLsdILUEqMQ
 "La era de la colaboración " charla de Isaac Hernández: https://www.youtube.com/watch?v=Nh6-7hgtizI

martes, 12 de mayo de 2020

1. Comunicación verbal y no verbal. Entrenando 5 soft skills para el posconfinamiento.

El miedo a hablar en público (glosofobia) es un síndrome común que padece el 75% de la población, aunque realmente todos, en algún momento de nuestra vida, hemos sufrido sus síntomas. Síntomas físicos como sudoración, tartamudeo, bloqueo…son normales cuando nos vamos a enfrentar a una audiencia. Pero, aunque son difíciles de eliminar, sí que podemos aprender a dominarlos. La mayoría de los oradores tiene miedo:

·        A hacer el ridículo.
·        A equivocarse.
·        A quedarse en blanco.
·        A aburrir a la audiencia.
·        A perderse.
·        A no cubrir las expectativas.
·        Miedo al propio miedo.

Ante esto, y como indican expertos como la psicóloga Patricia Ramírez, tenemos un camino: enfrentarnos a ese miedo.  Para ello lo importante es preparar muy bien el contenido, ensayarlo, familiarizarse con el marco donde se va a hablar y focalizar, de forma positiva, la atención en el discurso y la audiencia.


Lo recomendable sería que, en la escuela, pero después también en el instituto y en la universidad se trabajara continuamente la comunicación verbal y la no verbal y se practicara ante audiencias de diferentes tamaños. Como dice el aragonés Manuel Campo Vidal desde pequeños nos enseñan que tenemos que escuchar, pero no nos  enseñan a ser emisores. No se da la importancia suficiente a la palabra, a la comunicación, a contar historias. Un buen comunicador debe transmitir pasión, emoción y control. Y todo esto requiere preparación.  Como recuerda Campo Vidal, fue Winston Churchill quien dijo: 

“He preparado meticulosamente esta improvisación”

La oratoria no se suele enseñar y todos sufrimos en silencio porque profesionalmente se nos exige. Debemos saber que existen una serie de herramientas y de pautas que podemos aplicar antes y durante una charla para lograr salir airosos de la situación.

Antes de una charla

Mark Twain decía:

 “Suelen hacer falta tres semanas para preparar un discurso improvisado”

Tenemos que tener claro que el miedo está relacionado con el control y el control depende de:
  •  La preparación de la charla con el tiempo suficiente.
  •  El dominio del tema.
  • El ensayo.
  • La anticipación (llevar la presentación en diferentes formatos y tenerla guardada en varios soportes y en la nube, contar con las imágenes y los vídeos descargados…en definitiva tener un plan B).
Es importante tener claro que no es lo mismo hablar que comunicar, y por eso debemos pensar siempre en la audiencia. Y, sobre todo, como dice la experta en comunicación Teresa Baró tenemos que: ensayar.


Antes de empezar a preparar un tema se debe tener claro para qué nos vamos a poner delante de ese auditorio. Después ya podemos:
  • Concretar  las ideas que queremos transmitir. No más de 3 ideas.
  • Estructurar la presentación. Siempre tener en cuenta que las tres partes del discurso: el inicio, el desarrollo y el final son importantes.
  • Determinar el inicio para que enganche. Podemos empezar con una imagen, un dato estadístico, una idea, un titular, una cita, una historia, una anécdota, una pregunta retórica…lo que sea, pero siempre ligado al tema de la charla.
  • Concretar el final. Puede ser una reflexión final, las conclusiones, una pregunta en el aire, una imagen inspiradora o volver a la historia o anécdota del inicio. si es que hemos empezado así.
  • Pensar en hilar el discurso para que nadie se pierda. Si hemos presentado un esquema o índice recordar, de vez en cuando, en qué punto nos encontramos. “Cerramos el punto dedicado a…y pasamos a…”
  • Utilizar un lenguaje adaptado a la audiencia, no abusar de tecnicismos, ni de términos abstractos. Es importante emplear un lenguaje concreto y usar ejemplos y analogías.
  • Controlar las muletillas (vale, si, eh, o sea, bueno…) si se repiten mucho adquieren excesivo protagonismo y la gente empieza a contarlas.
  • Utilizar captadores de atención, es decir, recursos como vídeos, imágenes, objetos…que pueden ayudarnos cuando el discurso se vuelve monótono.
  • Preparar una presentación pero pensando en el “síndrome de muerte por powerpoint”. Es solo un material de apoyo.
  • Prepararnos mapas mentales que nos pueden ayudar en el diseño de la charla, como esquema y como resumen.
Durante la charla
Minutos antes:
  • Mantener los nervios a raya
  • Bloquear los pensamientos negativos previos.
  • Respirar profundamente varias veces. Focalizar nuestra atención en la respiración para evitar esos pensamientos negativos.
  • Prepararse: agua, el puntero, el pasador de diapositivas, que podemos llevar en la mano si nos hace sentir más seguros.
  • Utilizar anclajes (un tema musical, una imagen, una cita, un olor) que nos relajen o motiven.
En el desarrollo:
  • Analizar dónde debemos poner la atención. Podemos focalizar en:
o   En el “Yo” (nos estamos escuchando), estamos hablando y en cambio estamos pendientes de cómo lo estamos haciendo. Esto nos va a producir ansiedad.
o     En el contenido (esto lo suelen hacer los más expertos y entusiastas en la materia) están inmersos en ellos y se olvidan del público.
o   En la audiencia, allí es donde debemos colocar el foco. Estamos comunicando, compartiendo y debe haber un intercambio y relación con el público. Lo importante es ser naturales.
  •  Pensar que el público suele estar en modo neutral. No espera que la charla vaya mal, pero si pasara algún contratiempo, realmente se quedaría en cómo lo hemos gestionado.
  • Tener en cuenta los tres lenguajes:
o   El verbal. Los contenidos
o   El no verbal
o   El para verbal, el uso de la voz

De los dos últimos puntos puede depender hasta el 80% del éxito de la charla. En cambio, normalmente lo que más nos preocupa, es el contenido y por eso es lo que más preparamos.
La canciller Ángela Merkel se caracteriza por su control de las manos
Es muy importante tener en cuenta que a los 20 minutos la atención de las personas decae, por eso se deben combinar todos los lenguajes y tienen que ir en coherencia.

Elementos del lenguaje no verbal:
  • La imagen. En función de esa imagen vamos a crear una expectativa.
  • Uso del espacio. Sobre el escenario situarnos lo más cerca de la audiencia. Los atriles, mesas, sillas, sillones, suelen ser barreras. Lo importante es que sea el orador el que llene el espacio.
  • Postura: de pie, rectos una pierna un poco adelantada. Simétrico, manos por encima de la cadera y siempre visibles porque es un símbolo de franqueza y de apertura.
  • Gestos: las manos las utilizaremos para ilustrar, enfatizar… tienen que estar visibles y controladas.
  • Mirada, contacto visual.  La gente tiene que sentir que estamos conectando, realizar "escaneos" de toda la audiencia. No evitar la mirada.
  •  Expresión facial. En oratoria no se debe confundir la seriedad con la profesionalidad. No se puede ser inexpresivo. Gesticular es lo que da “color” a la voz y resta monotonía.
  • Actitud, es la base del lenguaje no verbal. Cuerpo abierto, activo.. .tiene que ser independiente de la situación personal que atravesemos, tiene que ser algo profesional y si es necesario se interpreta. 

Fotograma de la serie "Borgen"

Elementos del lenguaje para verbal:
  • Volumen (se nos tiene que oír).
  • Ritmo (se nos tiene que poder seguir).
  • Entonación (tenemos que jugar con la entonación, por ejemplo hacer preguntas retóricas).
  • Articulación (se nos tiene que entender).
  • Énfasis (destacar, remarcar, lo que nos interese).
  • Pausas (despertar interés, proyectar dominio de la materia, dar vida al discurso).
  •  El silencio es uno de los recursos más potentes en oratoria. Silencio, sobre todo, al inicio y al final de la intervención.
Expresidente de EEUU Barack Obama

Al finalizar del discurso:

Tras el cierre, que nos habrá servido para “redondear” el discurso, solo podemos terminar de una manera: 
Con una sonrisa


Consejos de Teresa Baró:

Fragmentos de la serie "The Good Fight", sobre el uso de ejemplos para clarificar contenidos de un discurso.





martes, 5 de mayo de 2020

Entrenando 5 soft skills para el posconfinamiento

Ya llevamos unos años oyendo hablar de soft skills y hard skills, pero con la situación actual y, sobre todo, pensando en el futuro más inmediato llega el momento de conocerlas y trabajarlas más a fondo en el ámbito educativo. Ahora, cuando el confinamiento empieza a relajarse, desde el CIFPA os proponemos ponernos en marcha hacia esa nueva normalidad, de la que tanto se habla. Y nada mejor como comenzar con nuestras competencias personales.

  • Soft skills:   Habilidades o competencias sociales o personales.
  • Hard skills: habilidades o competencias de carácter teórico y técnico. Conocimientos específicos sobre una actividad.
En concreto, y tanto en el ámbito laboral como docente, se insiste en la conveniencia de reforzar a nivel individual las soft skills para introducirnos,  mantenernos y mejorar en el mercado laboral. Pero no solo se recomienda el desarrollo de las habilidades en el ámbito laboral sino que también en el personal. El liderazgo, la creatividad, la inteligencia emocional, el pensamiento crítico, el trabajo en equipo, la comunicación…son algunas de esas habilidades consideradas blandas pero que, según diversas investigaciones, son garantía de éxito en el terreno laboral. En concreto,  un estudio de Instituto de Investigación de Stanford indica que el desarrollo profesional depende un 75% de las soft skills y un 25% de las hard skills.

Ilustración del turolense, Marcos Balfagón

Independientemente de los porcentajes, los expertos coinciden en que es primordial compaginar ambas categorías de competencias, sobre todo pensando en la realidad en la que vivimos y en la que se mueven las organizaciones y que se denomina, desde hace ya unos años: entorno VUCA.
VUCA:  acrónimo inglés formado por los términos Volatility (V), Uncertainty (U), Complexity (C) y Ambiguity (A), en castellano, volatilidad, incertidumbre, complejidad y ambigüedad. Es decir un momento que, sobre todo, y a consecuencia de la digitalización, está sometido a cambios vertiginosos, inesperados e incontrolables.
El peso y el valor de las soft skills se incrementan especialmente en épocas como esta, de crisis o transición. Es importante contar con el refuerzo de esas habilidades para desarrollarnos como personas, afrontar y adaptarnos a los cambios, potenciar nuestra creatividad, o controlar nuestras emociones. Con la era digital las personas deberemos hacer valer esas competencias porque, al contrario que la tecnología, los productos, los procesos…estas, no se volverán obsoletas.
Ilustración del zaragozano Luis Grañena

Algunas soft skills las tenemos adquiridas porque las hemos interiorizado de forma natural de nuestro entorno. Otras, es necesario aprenderlas, entrenarlas y aplicarlas. Siempre vamos a estar a tiempo pero, sin duda, es importante empezar ya en la infancia y adolescencia. En las diferentes etapas educativas y de una manera transversal, muchas de esas habilidades se pueden y deben trabajar de forma natural. Realizar actividades con las que se entrene la comunicación oral y escrita, la negociación, el trabajo en equipo, la escucha activa… es prioritario para alcanzar una formación integral y adaptada a la realidad.

Desde el CIFPA queremos contribuir a que en el aula se incluyan procesos y actividades relacionadas con las soft skills, por eso en las próximas semanas, en este blog, iremos desarrollando los siguientes  temas:

•    Comunicación verbal y no verbal
•    Trabajo en equipo
•    Inteligencia emocional
•    Gestión del cambio.
•    Creatividad e innovación

Lo importante, especialmente ahora, es ponerse en marcha. Y como dijo Paulo Coelho: 

“Si piensas que la aventura es peligrosa, prueba la rutina, es mortal”