Todas las metodologías activas: Aprendizaje basado en Retos (AbR),
Aprendizaje basado en Proyectos AbP) y aprendizaje-servicio, se caracterizan
por involucrar activamente al alumnado en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
En todos los casos, se consigue un aprendizaje práctico y activo. Pero, si una
metodología destaca de forma especial, es el Aprendizaje-servicio porque supone
aprender haciendo cosas que benefician a nuestro entorno.
Si importante es enseñar para que
los estudiantes alcancen unas competencias acordes a las necesidades actuales de
la empresa y la sociedad, más lo es, formarles como buenos ciudadanos capaces
de contribuir a mejorar esa sociedad. El alumnado alcanza la excelencia a nivel
profesional siendo útil a los demás.
Este método de aprendizaje es
considerado en la actualidad uno de los más eficaces, porque los estudiantes y
su profesorado encuentran sentido a lo que estudian y enseñan al aplicarlo a
una actividad solidaria.
Aragón, apuesta por el Aprendizaje-servicio
En Aragón ya son muchos los
centros públicos de formación profesional que están aplicando el Aprendizaje
Servicio (ApS) en sus aulas. En el Centro
de Innovación para la Formación Profesional de Aragón (CIFPA) se han
reunido profesores de los todos los centros donde se imparten los ciclos de la familia profesional de Servicios
Socioculturales y a la Comunidad para compartir su experiencia en relación
a los proyectos o servicios desarrollados hasta el momento. Iniciativas
relacionadas con la salud física y mental, el cuidado a niños y mayores, la
naturaleza, la seguridad, el comercio solidario…son algunas de las que se desarrollan
en los 14 institutos en los que se imparten los ciclos de la familia
profesional de Servicios Socioculturales y a la Comunidad.
Frente a una necesidad social, los chicos y chicas emprenden una acción de
servicio a la comunidad que les ayuda a aplicar
y consolidar aprendizajes en conocimientos, habilidades, actitudes,
competencias, despertando su talento y poniéndolo a trabajar para el bien común.
Mª Ángeles Gascón, profesora en el IES Luis Buñuel de Zaragoza, lleva varios cursos trabajando con
esta metodología que como afirman en su centro: “nos posibilita dar un
significado y un sentido a nuestro trabajo, sabemos hacia dónde dirigimos la
reflexión, nuestras búsquedas e investigaciones tienen un motivo. De esta
manera nos sumamos a la propuesta de aprendizaje con sentido y con valor”.
¿Qué ha supuesto para vuestro alumnado la aplicación de la metodología
de Aprendizaje-servicio?
Cada propuesta de aprendizaje-servicio
se convierte en un viaje, en un caminar
compartido entre alumnado y equipo docente... Cuando nos lanzamos a esa nueva aventura, surgen miedos y resistencias: no existe un manual de
viaje que lo resuelva todo, no solemos viajar en primera, ni con porteadores. En
ese camino aprendemos muchas cosas: la importancia del equipo, de esa compañera
o compañero que te complementa y contrasta. Nos percatamos de que el conflicto
forma parte del paisaje. Así que nos paramos a intentar regularlo y a
descansar. Es cierto que tenemos muchas, muchas ganas de llegar al destino,
pero descubrimos, no sin esfuerzo, que “Itaca” es el camino y, a veces, somos
capaces de saborear el proceso.
Aprendemos que la duda, el miedo, la emoción, el error, son parte del aprendizaje. Y nos
sentimos satisfechas al comprobar que nuestras acciones, nuestros aprendizajes,
forman parte de la realidad y la mejoran.
¿Qué iniciativas habéis desarrollado en base a esta metodología?
Por seguir con la idea del viaje, nuestros destinos han sido variados:
en Infantil hemos llegado a centros educativos diversos, tanto en la gestión,
en las propuestas metodológicas y en su contexto sociocultural. En ellos hemos transformado espacios, realizado
juegos, disfrutado con sesiones de movimiento o contado cuentos… En definitiva,
hemos tratado de responder a las necesidades detectadas y planteadas por las
distintas realidades educativas.
También hemos compartido camino con familias, en espacios formativos
vivenciales y lúdicos. Hemos intentado poner la crianza en el centro, otorgando
tiempo y protagonismo a los bebés y a sus mamás (Esperamos que también
aparezcan papás en algún momento… ¡Todo llegará!)
En relación a los “viajes” realizados desde otras “puertas de embarque”
(ciclo de “Atención a personas en
situación de dependencia”) nuestro destino principal ha sido tejer redes de
cuidados y, como en el caso de la crianza, hemos puesto a la persona en el
centro con sesiones vivenciales, vinculadas al ámbito de las emociones.
En todos los casos hemos contado
con profesionales de la Educación y de los Servicios Sociales para recorrer
juntas y juntos este proceso de aprendizaje.
¿Animas al profesorado a formarse y lanzarse a la adopción de estas
metodologías?
La verdad es que trabajar de
esta manera es algo “adictivo”. Ya decía Delors que “la educación encierra
un tesoro”. Nosotras, como equipo docente, hemos encontrado un tesoro en este caminar juntas,
jugando y aprendiendo con las alumnas en procesos de aprendizaje servicio.
Cuando tienes algo tan valioso entre manos, deseas compartirlo, porque,
curiosamente, es un tesoro que crece y se multiplica cuando se reparte.
En el intercambio de esta jornada formativa de nuestra familia
profesional nos hemos convencido de que todas y todos tenemos ganas de
disfrutar en nuestro trabajo, de cuidarnos como equipo, de motivar a nuestro
alumnado, de incidir en lo comunitario, de modificar espacios y tiempos para
que nuestras aulas tengan cada vez más calidad humana.
Nuestra familia de Servicios socioculturales y a la comunidad se siente
cómoda pegada a la realidad, dando
sentido a su nombre. Hemos descubierto y compartido esos pequeños tesoros
cotidianos comunitarios. Queremos seguir viajando y descubriendo más
posibilidades, compartiendo equipaje y diario de viaje, Porque, entre todas y todos podemos mejorar. Y eso es innovación.