miércoles, 13 de noviembre de 2019

La evaluación y calificación en el desarrollo de metodologías activas en el aula


Metodologías activas como Aprendizaje basado en Retos (AbR), Aprendizaje basado en Proyectos AbP), aprendizaje-servicio, son iniciativas ya implantadas en muchas aulas del país, sea cual sea la etapa formativa que enmarquen.

Se trata de enfoques pedagógicos que involucran activamente al alumnado en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Convirtiéndolo en agente activo para tomar decisiones y desarrollar estrategias en una situación real, significativa y relacionada con su entorno, con el objetivo de resolver un reto, desarrollar un proyecto o hacer realidad un servicio.

Miedo a las rúbricas

A lo largo de un curso escolar, suelen ser varios los retos que se concretan o diferentes los problemas a resolver o los proyectos a desarrollar. También se realizan diferentes actuaciones relacionadas con competencias blandas (comunicación, trabajo en equipo, pensamiento crítico, creatividad, etc.). Todas esas actividades y actuaciones deben ser evaluadas y/o calificadas de forma adecuada y allí es donde surgen los principales temores entre el profesorado. Es la etapa que resulta más desagradable e insatisfactoria para el equipo docente.

El profesor de la familia profesional de Informática y Comunicaciones del CPIFP Los Enlaces, Carlos Sernis, en el curso “Rúbricas para evaluar metodologías activas y competencias transversales”, intenta desde su experiencia, de más de tres años trabajando con la Metodología basada en Retos (AbR), ayudar al profesorado a “quitarse ese miedo” y a diseñar rúbricas de evaluación, adecuadas y eficaces.

¿Qué aportas en este taller sobre rúbricas que se desarrolla en el Centro de Innovación para la Formación Profesional de Aragón (CIFPA)?
Es un taller para ofrecer cierta tranquilidad a la hora de evaluar y calificar competencias técnicas y blandas cuando se decide trabajar mediante metodologías activas. Si consigo que mis compañeros y compañeras vean estas etapas como una razón y una ayuda a la hora de hacer el cambio metodológico y no como un problema, consideraré que el taller ha sido todo un éxito.

¿Por qué la etapa de evaluación y calificación crea ese rechazo o resquemor entre el profesorado cuando se plantea incorporar metodologías activas en sus aulas?
Se tiende a pensar que al realizar un cambio de metodología e incluir otros factores en la calificación perdemos un poco el control y seguridad con la que nos hemos movido hasta entonces. Cuando uno sale de su zona de confort, a la siguiente que se enfrenta es a la zona del miedo. Solo hace falta un poco de tiempo y esfuerzo para darse cuenta de que este cambio no sólo no dificulta la evaluación y calificación, sino que consigue tenerla mucho más atada y es mucho más justa en referencia a lo que nos pide la propia normativa.

¿Animas al profesorado a formarse y lanzarse a la adopción de estas metodologías?
Sin duda. Para mí ha sido un cambio brutal en mi forma de entender la educación, en la relación con el alumnado y, ciertamente, me divierto mucho más en clase, algo que no hay que dejar de lado.

Con este taller, desarrollado en el CIFPA, se evidencia que las rúbricas son herramientas que, sin duda, ayudan en la etapa de la evaluación y calificación. Una rúbrica surgida de la reflexión, el análisis y el convencimiento puede convertirse en garantía de una evaluación y calificación más completa y justa.